La ética, según Sivananda (II)
Aquí os dejamos la segunda parte del capítulo sobre la ética del Maestro Sivananda en su ya mencionado libro Senda Divina.
Os insto de nuevo a que lo leáis con detenimiento y mucha reflexión. No se trata de achacar la falta de ética a la sociedad, sino de ver nuestra falta de ética en nuestra vida y cambiar de forma radical (y urgente, como nos ha enseñado el Maestro Samael) nuestros comportamientos. El mundo, los demás, ya harán lo propio cuando les toque o quieran.
«La ética es una ciencia relativa
La ética es una ciencia relativa. El bien y el mal, Dharma y Adharma, son términos, relativos. Es muy difícil definirlos con precisión. Lo que es bueno para uno puede no serlo para otro. Lo que está bien en un momento dado puede dejar de estarlo en otro momento u ocasión. La ética es relativa al hombre y a su entorno.
La moral es un término variable y relativo. El hombre pasional que molesta a su esposa legal frecuentemente para saciar su pasión es más inmoral que quien visita a una mujer de mala fama una vez cada seis meses. La persona que cultiva constantemente pensamientos inmorales es la persona más inmoral. ¿Entiendes ahora la sutil diferencia que hay? Matar al enemigo es lo correcto para el guerrero Kshatria. Sin embargo, un Brahmin o un Sanniasin no deben matar a nadie ni siquiera en defensa personal en un momento de peligro. Ellos deben practicar una paciencia y un perdón estrictos. Decir una mentira para salvar la vida de un Mahatma, o alma elevada, o del propio Guru. Que ha sido acusado injustamente, por ejemplo, por un oficial, está bien hecho. La mentira se convierte en verdad en este caso particular. Decir, sin embargo, una verdad que cause daño a muchas personas es lo contrario a la verdad. Matar a una persona que asesina diariamente a los viajeros en los caminos, no es sino Ahimsa, o no violencia. Himsa, o la violencia, se convierte en Ahimsa bajo determinadas circunstancias.
El perdón, o Kshama, le conviene al asceta, o Sanniasin, que lleva una vida de renunciación, o Nivritti Marga, pero no le conviene a un gobernador. El gobernador puede perdonar, por ejemplo, a alguien que le haya hecho mal a él, pero no a quien haya causado un gran mal a los ciudadanos.
Dudas en el deber (Dhanna-Sankata)
A veces, uno duda con respecto a lo que debe hacer bajo determinadas circunstancias. Se produce un conflicto de deber. Uno tiene que escoger entre dos alternativas que van ambas en contra del deber, o Dharma. Algunas veces tendrás que escoger lo que sea menos malo y estar preparado para padecer los resultados de ese Karma. En cierta ocasión, por ejemplo, el padre de una persona estaba moribundo. No tenía alimento y se moría de inanición. El padre iba a morir si no se le daba algo de alimento. Pero él no podía obtenerlo si no era robando.
¿Cuál era el Dharma del hijo en esta critica encrucijada? Su Dharma era salvar la vida de su padre. Así que robó algo de alimento y le salvó la vida. Pero él tendría que sufrir más tarde las consecuencias del acto negativo de haber robado.
La importancia del motivo
Es la motivación lo que cuenta al realizar una acción. El bien o el mal han de determinarse no por las consecuencias objetivas, sino por la naturaleza de la intención subjetiva del individuo. Dios considera los motivos de quien realiza la acción.
Rama luchó contra Rávana, quien también participó en la lucha. Pero los motivos de ambos eran diferentes, a pesar de ser la misma acción.
Sri Rama luchaba para establecer el Dharma y para proteger a las gentes del mal y de la destrucción del malvado Rávana. No le seguía ningún interés egoísta. Mientras que Rávana luchaba por un motivo egoísta.
El Karma Yogui trabaja intensamente en la sociedad, con más celo incluso que una persona mundana. La acción es la misma, pero los motivos son distintos en ambos casos. El Karma Yogui avanza hacia la Meta espiritual, o el summum bonum, mientras que la persona mundana se enreda por causa de su motivación impura, que es su interés egoísta.
Los motivos internos de una persona constituyen la semilla o raíz de todas sus actividades en la vida. Si la motivación interna es pura, todas las actividades subsiguientes son puras y buenas. De otro modo, sólo el mal y la infelicidad se le acumularán.
Debes purificar tus motivaciones. Debe adoptarse una resolución interna o una actitud voluntaria de permanecer libre de todo sentimiento impuro de orgullo, autoestima, etc., en el desempeño del deber. Sólo entonces serán puras tus motivaciones.
La vida ética empieza en la dedicación a los principios y máximas ideales. La persona de conducta recta sigue principios y máximas ideales. Siguiéndolas estrictamente, elimina sus debilidades y defectos, desarrolla una conducta buena y se convierte así en una persona éticamente perfecta. Primero debes albergar principios rectos, y sólo después no fracasarás en realizar acciones virtuosas.
Práctica activa de la virtud
La virtud pervive únicamente cuando se la mantiene en perpetua práctica. La virtud se desarrolla y pervive sólo cuando se la practica positiva y activamente. La mente y la voluntad deben ejercitarse y disciplinarse por medio de actos deliberados de auto negación y auto sacrificio en la vida diaria.
Observa estrictamente la verdad y la pureza en tus pensamientos, palabras y acciones, en tus motivos internos y en tu conducta general. Sé amable, tolerante y caritativo en tus opiniones acerca de las personas y las cosas y en tus tratos con los demás.
En toda esfera de la vida, el individuo debe esforzarse por adherirse a estas cualidades y manifestarlas. Así pues, este ideal ha de ser practicado entre los padres y los hijos, entre los adultos y los jóvenes, entre el profesor y el alumno, entre los amigos, entre Guru y discípulo, entre líder y seguidor, entre súbdito y gobernador, entre nación y nación.
La realización de Dios, el más elevado deber del hombre
Todos los deberes domésticos, sociales, etc.- son sólo relativos. El último y principal deber de todo ser humano es el logro de la Verdad o la realización de Dios. El desempeño de todos los deberes está destinado, en realidad, para cualificar al hombre para cumplir este deber más elevado.
Toda ética tiene como finalidad la realización del Ser. La ética conduce al control del ser inferior, por medio de lo cual se calma la mente. A través de la calma de mente amanece la discriminación y se conoce al Ser en poco tiempo.
No puede lograrse la perfección meramente a través de la bondad y la práctica de la virtud. Hace falta meditar intensamente en el ideal con la ayuda de la pureza adquirida por medio de la virtud. La virtud y la moral actúan como auxiliares de la meditación y de la unión final del individuo con lo Supremo.
La virtud es la puerta hacia la dicha
La ética proporciona una fuerza que mantiene la vida. Un carácter sin ética es como un plato sin sal. No puede existir una educación elevada, ni cortesía, ni elegancia, ni buenos modos, sin un sentido moral profundo.
La práctica de la ética te ayudará a vivir en armonía con tus vecinos y amigos, con los miembros de tu propia familia, y con tus semejantes y demás personas. Te proporcionará una felicidad perdurable y la liberación final invocando la gracia de Dios. Tu corazón se purificará y tu conciencia quedará limpia.
No existe un bienestar mayor que una vida recta y virtuosa, guiada por una conciencia limpia. Las acciones amables, los servicios caritativos y la compasión hacia los menesterosos son los senderos hacia la rectitud.
La rectitud es esencial. No abandones nunca más el sendero de la rectitud por ningún otro. No abandones el camino de la moral incluso estando tu vida en peligro.
El sendero de la verdad es estrecho y escarpado, pero sus principios son tan precisos y exactos como la ley de la gravedad. No abandones el camino, pues conduce a la inmortalidad.
Has de obedecer las leyes o reglas de conducta, pues te son dadas por tu propio desarrollo y elevación espiritual.
Mantener una conducta recta, o Sadachara, es sin duda difícil. Ha de hacerse frente a la burla, la incomprensión y la persecución. Por eso, el cultivo de la paciencia, la humildad de espíritu, la resistencia pacífica y el espíritu de perdón son de gran importancia. Defiende la virtud a toda costa. Soporta, por amor a ella, cualquier calumnia. Devuelve bien por mal.
No existe religión más grande que la virtud. La virtud proporciona paz. La virtud es más importante que la vida y la prosperidad. La virtud es la puerta hacia la dicha. Sé, por tanto, siempre virtuoso. Deja que la virtud sea tu faro.
Consulta las Shastras, o escrituras, y a los Mahatmas cuando tengas alguna duda. Desarrolla tu carácter. Crece. Evoluciona. Mantén tu ideal siempre ante tu mente. Adhiérete a la conducta recta, o Sadachara. Practícala. Pronto alcanzarás la dicha y la inmortalidad eternas.».
Senda Divina.
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