Triunfar sobre el temor
Del libro La Conquista del Temor Por SRI SWAMI SIVANANDA
Triunfar Sobre el Temor
El temor es un instinto común a todos los hombres. El temor es universal. Puede sobrevenir en cualquier lugar. Puede aparecer en cualquier momento. Incluso los elementos de la naturaleza están sujetos al temor. Se dice que el viento sopla por temor al Señor. El sol se levanta por temor a Él. Indra, el fuego y la muerte cumplen con sus respectivas funciones solamente por temor. Por lo tanto, el temor tampoco es infrecuente en los Devas. Prevalece igualmente entre bestias, animales, insectos y prácticamente en toda la creación.
El temor es en general el resultado del dolor, el daño y el malestar. Hay un aspecto hereditario de este instinto que explica su universalidad y su perseverancia. Los factores ambientales y educativos son también importantes. La idea de la existencia de cierto poder superior externo a uno es la principal causa del temor. La mente asume una actitud completamente diferente. La visión cambia. La percepción visual falla. La mente no está equilibrada. Hay cierta anormalidad en los pensamientos y las acciones. Las convulsiones histéricas y neurasténicas son todas atribuibles a una u otra forma de temor. El impulso y el deseo de escapar o huir de una situación peligrosa son los resultados inmediatos.
Este temor tiene que ser dominado. Uno puede liberarse del temor desembarazándose de los objetos del temor. Educar a la mente, desarrollar el poder espiritual, lidiar con cuestiones prácticas y aplicar diligentemente los conocimientos que uno posee, son todos factores esenciales para superar el temor. Debemos sentir que no hay ningún objeto del cual asustarse o por el cual sentir temor.
En todos los casos, debe comprenderse claramente que ver y escuchar en soledad no debe ser causa de temor. Un niño normalmente no está asustado de su padre o madre. Pero cuando el padre tiene una expresión extraña en el rostro, o grita de modo inusual, el niño se asusta. Esto queda firmemente arraigado en la mente y se desarrolla como una debilidad en la vida siguiente. Este recuerdo no se borra fácilmente con el crecimiento. Así que no se debe asustar a los niños.
El temor no debe ser confundido con sobresalto. Los alumnos huyen cuando ven al maestro en una esquina. Esto no representa temor. Es atribuible a un instinto en todo el mundo por escaparse de la visión del superior. Por otro lado, si el maestro lleva un bastón en su mano, el niño imagina una lesión inminente. Por consiguiente teme a su maestro.
Pero, ¿cómo conquistar el temor? Siempre que un niño está asustado de algo, le decimos que no hay nada que temer, negando primero el objeto de temor. La negación es el primer paso en el procedimiento. Posteriormente le explicamos la verdad. Lo convencemos de que fue solamente su fantasía la que creó esa sensación en él. Ratificamos y aseveramos lo que es cierto. De forma semejante, cuando crecemos, debemos desarrollar constantemente el conocimiento de que no hay nada en el universo que pueda causar temor. La mente subconsciente, que se sobresalta por una visión anormal o una voz incoherente, debe estar segura de que todas esas cosas son falsas comprendiendo bien la verdad que está detrás de ellas mediante la sensatez y el conocimiento. Cuando se elimina totalmente el temor, nada puede lastimarnos.
Algunas personas, a pesar de que viven en ciudades y áreas urbanas bien iluminadas, tienen miedo de andar en la oscuridad. Imaginan que algo malo puede ocurrirles y causarles dolor, injuria o malestar. Al mismo tiempo, cuántos sabios y Sannyasins vagan en la oscuridad en colinas y valles, en plena noche, y viven en cuevas, moradas de bestias, insectos y avispas. Dhruva hizo penitencia en medio de bestias salvajes. Dhruva, antes de alcanzar la juventud, entró en el bosque e hizo gran Tapas. Bharata jugó con leones cachorros.
El simple reeducar a la mente no reforzará el valor. Es muy esencial poner en práctica el conocimiento en cada ocasión. En todos los auditorios encontramos personas que defienden la idea de que los hombres temen a las serpientes cuando son solamente sogas. Pero fallan en la experiencia. Por otro lado, se rinden ligeramente. Esto es atribuible a la falta de entrenamiento. Esto no es lo que se necesita. Sólo el conocimiento bien desarrollado junto con la práctica puede aliviar a los hombres del temor. Puede ser paradójico suponer que “No hay nada que temer porque nada puede lastimarnos, aunque lo contrario es igualmente cierto”.
Negando el temor, uno puede superar el objeto del mismo temor. No debes tener dualismo en la mente. Tienes que desarrollar siempre el amor cósmico y la fraternidad universal. Cuando hay amor y hermandad, no hay ninguna enemistad. No hay superioridad de poder. No hay placer ni dolor. En última instancia, no hay temor. Por supuesto, ésta es una etapa. Al final siente la unidad de todos. Todos son Brahman. Todos se funden en Brahman. Sólo existe Brahman penetrando todo el universo. No hay una segunda cosa que tenga supremacía en el mundo entero. No hay en absoluto una segunda cosa en Su creación. Este conocimiento desarraiga el temor completamente y conduce a la paz eterna. El temor no emana del propio Ser. Éste es el secreto. El conocimiento de Brahman, la Verdad Eterna, aniquila el temor totalmente.
La Verdad debe estar clara y debe meditarse sobre ella. La recitación de los Upanishads, Shrutis, Vedas e himnos produce vibraciones. Estas vibraciones quitan todas las desviaciones. Muchas enfermedades incurables que causan temor a la muerte en las mentes de los enfermos son curadas por estas vibraciones solas. Thirujnana Sambandhar, un santo tamil, curó a un rey Jaina de Madura de su enfermedad incurable. Thirunavukkarasu Swamigal, otro santo tamil, fue curado de su trastorno de estómago solamente por medio de tales vibraciones. Sakkubai fue liberada muchas veces de los problemas por medio de su sincera devoción al Señor Krishna. Todos ellos se sintieron Uno con Él. Otra vez, Thirunavukkarasu Swamigal fue encerrado en un horno de cal para que muriera quemado. Sintió la unidad con Dios. Su mente no fue afectada en lo más mínimo. Su cuerpo físico tampoco fue afectado por el temor a la muerte.
Las terribles olas del temor pueden abalanzarse a veces sobre nosotros, hacernos perder el equilibrio mental durante un tiempo, volvernos muy sensibles y nerviosos. Una cadena de sucesos negativos aparece ante nosotros, uno tras otro en rápida sucesión. Los recuerdos del pasado se agolpan a gran velocidad. La imaginación se dispara y nos figuramos que un desastre tras otro nos aguarda. Aún así, bajo todas estas circunstancias, debemos depositar toda nuestra fe en Dios, tomar refugio en Él y creer que solamente Él puede liberarnos de todo mal.
Vencer el temor de este modo no bastará. Esto debe ser puesto en práctica. Debemos enfrentar primero a aquello que tememos. Si un hombre teme mirar a una audiencia, debe ser su primer y principal deber hacerlo hasta liberarse del temor de escena y el nerviosismo. Si uno tiembla al acercarse a su superior o a cualquier otra persona que, según él cree, está dotada de poderes superiores, eso debe ser tratado como su primer deber, todos los días, hasta que gane suficiente fuerza moral. Si alguien se horroriza ante una visión en la oscuridad, al instante debe ir corriendo al lugar y darse cuenta de que el objeto que le causó temor no es nada más que uno de sus objetos de uso diario.
Muchos pasan por una anormalidad grave y alarmante en el sueño, aún peor que en vigilia. Esto se debe a que cargan la mente con pensamientos negativos antes de irse a dormir. Nunca hay que acostarse en un estado de preocupación o de temor. Ni con pesar. Ni pensando en un mal inminente. Antes de irse a dormir, hay que abandonar tales pensamientos y meditar en Dios hasta liberarse de ellos. Uno debe tener paz perfecta en mente y alma. Si uno es incapaz de meditar en Dios, debe recitar algún himno o poema en voz alta antes de dormir. Es seguro que tendrá un sueño tranquilo y profundo.
Si meditamos en declaraciones sobre la Verdad, se abre nuestro ojo interior de sabiduría, somos dotados con el conocimiento correcto, y conocemos la Verdad. Esto es adoración divina. Esto es adoración al Señor. Es esto lo que nos libera de la esclavitud.
Si trabajamos mentalmente y practicamos físicamente, siempre morando espiritualmente en pensamientos divinos y permaneciendo en un estrato superior de la mente, no sólo superamos el temor sino que también nos fundimos en Brahman.
“Brahman es Aquél de donde la palabra regresa junto con la mente sin haberlo encontrado; quien conoce la beatitud de ese Brahman no teme jamás a nada”. Brahmananda Valli 4.9.
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